Una vida marcada por las señales del azar
Hilda Lizarazu, ex cantante de Man Ray devenida en solista, volvió al ruedo con material propio. En una entrevista exclusiva comparte sus sensaciones sobre su “Gabinete de curiosidades”, su nuevo disco, y se refiere al rumbo que tomó desde que Mía, su hija de 4 años, entró en su vida. Un mano a mano imperdible con una de las voces más reconocidas del rock nacional.
Un típico café de Palermo, con sus mesas sobre la vereda fue el escenario casual para que la cantante y compositora Hilda Lizarazu, repasara los últimos años de su vida. Con el sol entibiando la tarde, la charla fue adentrándose en la vida de esta artista que, a lo largo de 12 años, compatibilizó su liderazgo en Man Ray con su posición de vocalista junto a Charly García.
Al revisar su pasado reciente, se la nota pausada. Su voz revive la positiva experiencia que significó bajarse del movimiento cotidiano para renovarse en las sierras cordobesas. Allí fue dónde eligió volver a las fuentes para pensar en su futuro como cantante solista.
“Estuve 4 años recluida en Sinsacate, en el norte cordobés. Me fui allí después de 12 años y varios discos con Man Ray porque ya estaba un poco saturada de lo que se había convertido en una rutina musical. Habíamos hecho de todo como giras por México y EEUU, incluyendo varios discos. Y la química había dejado de funcionar, tal como sucede en las parejas”, explica Lizarazu. Por otro lado, “hacer música es fusionar con otras personas el alma de cada uno. Eso se había desencantado un poco, por lo que me fui a Córdoba con mi pareja, me relajé y tuve una niña (Mía, de 4 años). Allí empecé a componer durante el período de embarazo y posterior al nacimiento”, material que luego se convertiría en su primera experiencia como solista.
La reclusión en la provincia mediterránea no tuvo un estudio previo de posibilidades. “Fue un desenchufe sin mucha premeditación ya que no hubo especulación. Se fueron dando las cosas. Generalmente, me muevo de manera intuitiva con todo, con mi vida, desde que nací. Y al final se fueron dando los pasos” admite sin titubeos.
En la Argentina
Al revisar parte de su vida, la artista pop confiesa que las decisiones que siempre la motivaron a avanzar nacieron desde su interior. “Cuando volví al país, luego de mi adolescencia en Nueva York (se fue a los 12 años), pensaba que volvería allá y que me iba a convertir en fotógrafa. Pero el azar no planeó lo mismo. Por eso digo que mi vida está tomada por las señales de azar”, advierte para luego agregar que “me puedo ir programando las cosas y luego, el cauce natural me lleva para otro lado. Por eso me fui a Córdoba y lo hice porque estaba con una necesidad interior de desenchufarme de todo”.
Empezando otra vez
“Es una nueva vida”, afirma. Movilizada internamente por el nacimiento de su hija, Hilda Lizarazu ya no tiene una visión uniforme de la realidad. Hace una pausa, revisa de reojo su pocillo de café, mira al horizonte por un instante y continúa la charla. “Ahora soy solista y estoy acompañada, con hija. Con un rol de madre que es algo absolutamente natural pero conciente de que yo era reacia a esta etapa. Desde los 18 años hago música en diferentes grupos y siempre fui de un espíritu muy bohemio y libre y hasta un poco egoísta. Lo que pasa con los hijos es que uno, de golpe, deja de ser el eje de atención. Ya es otro ser y hay que ponerle mucha conciencia hasta que decidís tenerlo. Yo esperé bastante para decidirme”.
Concepto del disco y presentación
La exposición de material nuevo siempre registra mucha expectativa. Y más si se tiene en cuenta que desde 1999 y su “Larga Distancia” (¿Hubo cierta premonición en la última placa de Man Ray?), que no presentaba canciones a su público. Ahora está compartiendo su “Gabinete de curiosidades” con quién quiera revisarlo.
“Es un espejo mío. Como si fuera un diario íntimo es un espacio de libertad propio. Sin muchas especulaciones en lo que tiene que ver con lo comercial. Si bien todo artista desea ser consumido, por suerte me va bien sin tener que hacer mayores transas. El disco es un fiel reflejo de quién soy. La gente que lo recibe está contenta y no me tiraron mala onda por él. Igualmente no le doy tanta atención ahora porque lo estoy tocando en vivo. Estoy dentro de él y cuesta ser objetiva conmigo misma”.
Recientemente desplegó su “Gabinete…” en San Isidro. Al referirse a la posibilidad de tocar en la zona norte, aseguró que “fue una propuesta que me hicieron. Luego de lo que sucedió en Cromañón hay muy pocos lugares en los cuales se puede hacer música” sostuvo. Por otro lado, “ya había tocado en ese teatro (Stella Maris) con Man Ray hace varios años y estoy expectante de tocar en todos lados. No fue que elegí el lugar sino que me lo ofrecieron y acepté con gusto. San Isidro, al igual que todo el norte, me parece un lugar increíble. Y aparte esta el Río de la Plata que acompaña. Algo que en Capital no sucede porque pareciera que la ciudad hubiera sido construida de espaldas al río”.
De cara al futuro
La mirada hacia delante no la inquieta sino que la entusiasma. Haber encarado un nuevo camino en su vida le sienta bien y le abre múltiples posibilidades, como la cercana presentación junto a Luis Alberto Spinetta en el festival de rock que se realiza por estos días. Pero también sabe de dónde viene.
“Man Ray fueron 12 años y 8 discos. Una parte muy linda de mi vida y creo que para mucha gente también porque fue una música pop muy soleada que entró en el momento justo. Lo que veo en mi, de ahora en adelante, es hacer más discos. Y armar una familia musical con los ´Lizarazus´ que me acompañan (el baterista patagónico Claudio Salas, Federico Melioli en bajo y coros, y el norteamericano/ argentino Amílcar Vázquez en guitarras y coros). La idea es seguir para adelante. En breve editaré en México y EEUU”, adelanta a modo de primicia. “En fin, estoy tirando hacia allá” dice mientras señala a lo lejos la caída del sol de Palermo Viejo.
ROMAN IGLESIAS BRICKLES